Lanzarote y su extraordinario paisaje volcánico, salpicado de edificios blancos bajo el diseño de Manrique es una isla totalmente en contraste con el resto de islas del archipiélago. Tierra roja, ocre y violeta, con hermosas playas y aguas cristalinas. El Parque Nacional de Timanfaya ofrece bonitas caminatas en las pistas o en el corazón de los volcanes, las Playas turquesa como Papagayo que transportan al Caribe, pequeños pueblos pesqueros y auténticos como Famara y Orzola. Se hace notar la gran influencia de Cesar Manrique sobre la arquitectura y distribución de la isla, que por supuesto aporta belleza, además sus temperaturas medias y suaves durante todo el año, que junto a los vientos alisios aportan un clima excepcional e idéal para la práctica de actividades al aire libre.